jueves, 28 de septiembre de 2017

Mi momento con Serafín Espinal



Serafín Espinal fué el creador de la banda SAM SAM, una banda que nace a principios de los 90, cuando el rock mexicano comenzaba a tener un gran apogeo.

Mi primer encuentro fué interesante, pues estábamos en Naucalpan organizando con la banda un concierto en el Parque Revolución, en favor de la asamblea Zapatista, del EZLN en la zona norte de la ciudad y pues se armo una buena organización, pues se consiguió un templete, el audio y los instrumentos para que hubiera un buen concierto.

A medio día, unas horas antes de comenzar el concierto, se me acerco un "don", que me pregunto que cual sería el evento y quien se presentaría, obviamente ya le conteste y me pidió chance para que su banda también tocara, a lo que por supuesto accedí, pues lo importante era el boteo que se haría para la asamblea.

De pronto el personaje desapareció, supuse que iria por sus instrumentos y su banda, poco a poco se comenzaba a juntar la gente, honestamente no era mucha, pero pues si habia cierta afluencia, comenzaron las bandas, nada mas había 3 contempladas, pues tampoco habia mucho tiempo de permiso para llevar a cabo el evento en el parque.

Me subí al escenario, pues mi banda iba a comenzar con su presentación, de pronto, de una manera extraña, los rockers comenzaron a llegar como en mayor cantidad, algo inusual, pues a esas horas ya había tocadas en otros lados, aunque por supuesto fue benéfico para nosotros, pues la gente comenzaba a acercarse y esto causaba que aun mas gente llegara al lugar en donde insisto que lo importante era el boteo.

De pronto, ya en una cuestión fuera de lo normal, había mucha gente, se habían juntado en el parque Revolución mas de 500 chavos, evidentemente rockers, pues portaban playeras del "Especimen", "Liranrol", "Bostik", había punks y chavas rockers, comenzaron a bailar al ritmo de las rolas que les dábamos, cosa que nos causo mucho gusto. De pronto el repertorio había terminado y la gente seguía ahí, para mi fortuna, el señor del medio día ya estaba formado para tocar y pensé que serian una salvación.

Cual fuera mi sorpresa, cuando estos tres individuos subieron a tocar y la banda ya los ubicaba perfectamente, de hecho habia canciones que ya se sabían y tarareaban, bailando y haciendo un verdadero festival de rock, los organizadores simplemente no daban credito y estaban felices, pues la campaña estaba siendo un éxito.

De pronto este señor de la guitarra, de cabellera abundante, larga y negra, con una camisa de franela de cuadritos azules, se presentaba como Nachito de SAM SAM, e interpretarian una canción de su autoría, "Envenenaron a mi perro",  como se me iba a olvidar esa canción, era una maravilla de rola.

Fué asi como conocí a Serafín Espinal, un personaje, así con todas sus letras, con una vibra especial que jalaba banda, hacia que tuvieras una gran cercanía con el, sin si quiera conocerle.

Pronto nos encontramos en mas tocadas, alternábamos en los grandes festivales de Las Palapas o en la Arena López Mateos, ellos ya tenían dos o 3 discos, nosotros aun no.

Se termino mi época de músico y comencé en el medio de comunicación y el gusto fue saber que aquel señor del parque Revolución de 1996 aun seguía tocando, la primer entrevista que le realice fue en el Centro de Convenciones de Tlalnepantla, en un jefes de jefes del 2007, ahí platicamos de la importancia de apoyar al rock y de tener mas espacios profesionales como el de los Jefes de jefes, ademas de agradecer el apoyo de la banda que merece lo mejor.

Así por varios años, varias entrevistas, de hecho hay un acústico de Sam Sam realizado en las instalaciones de la estación, en donde la constante de las charlas era la banda, el rock, el respeto al escenario, el respeto al público, ese argumento de porque apoyar a las bandas nacionales.

Serafín fué siempre congruente con lo que pensaba y con lo que escribía, con lo que profesaba y lo llevaba a la práctica.

En una ocasión, en un evento en Queretaro, tuve la oportunidad de participar en la organización del evento y una de las misiones era acompañar a los músicos durante el lapso de su llegada a la subida al escenario, llego Sam Sam, Serafín Espinal se bajo de la camioneta, faltaban varias horas para que su presentación comenzara, pero el me dijo pues vamos de una vez, a lo que pensé, bueno, quiere ser participe del escenario, pero no, el ya sabía que debía atender a la banda, fueron 2 horas de estar tomándose fotos, repartir autógrafos, abrazar, besar, saludar a niños, niñas, adultos, punks, rockers, bebes, miles de regalos, discos del recuerdo, etc etc etc, un verdadero idolo, no hay mas, no se puede describir de otra forma.

Entendí que Serafín era un ídolo nacional, un parte aguas de la cultura subterránea del rock mexicano, que era sencillamente un icono del movimiento y que era querido, después de esa pasarela, llego el momento de subir al escenario, recuerdo perfecto que la primer canción a interpretar "Amor Ajeno", en cuanto el riff de la guitarra sonó, los mas de 3 mil asistentes, al unisono vitorearon la canción, me quede frío de la reacción colectiva, los gritos, la euforia y hasta el llanto, fue un momento sencillamente increíble, era algo inigualable.

Un día en una tocada, platicando con Serafín, se sincero y me contó que tenía problemas en el corazón, que lo estarían atendiendo para saber con exactitud que era lo que tenía, con esa cercanía, afinidad y confianza que siempre tuvo "Nachito" conmigo, no hice alarde, de hecho supe separar mi labor periodística de la personal, estas declaraciones eran personales.

Unos dos meses mas tarde, nos volvimos a encontrar y fué cuando de nuevo, me subió a su camioneta y platicando de todo un poco hubo dos temas centrales en la platica, el furor de un nuevo disco que ya estaba preparando con la banda y que lo tenía muy entusiasmado y que le habían diagnosticado "Parkinson", una enfermedad degenerativa y sin cura, únicamente control, para mi fué un gran golpe, pues siempre saber de enfermedades es estar a expensas de un sin fin de circunstancias.

La última vez que nos vimos y platicamos, hablamos de todo, del nuevo disco, de aquellas epocas cuando nos encontrábamos como músicos, de su salud, de sus hijos, del legado que dejaría en el rock y dentro de mi, supe que esa sería la última vez que nos veríamos.

Estuve presente en un par de homenajes en vida  en conciertos a beneficio, en el último grito rockanrolero, pero esa vez, esa platica, era una especie de despedida.

Serafín Espinal deja en nuestro corazón el legado de una vida dedicada al rock mexicano, con congruencia, con pasión, pero sobre todo con esa muestra de que quien busca algo con pasión, lo consigue.

Comenzar 2017 en aquel panteón en Naucalpan, con toda esa gente que asistió a su despedida, sencillamente es de esas cosas que nunca olvidas, asi como nunca olvidas la grandeza de personajes como Serafín Espinal.