lunes, 22 de julio de 2019

25 años de RE de Café Tacvba



El primer disco de Café Tacvba dejo un precedente en donde hacían notar que su música no podría ser etiquetada, había influencias de Botellita deJerez, con Jaime López, Rockdrigo González, Los Xochimilcas, Los Tepetatles y hasta el mariachi Vargas de Tepatitlán, vistos con cierto recelo en la industria del rock mexicano, pero que al final se terminaban codeando con bandas como Juguete Rabioso, La Lupita o hasta la misma Botellita de Jerez.

El siguiente disco tendría que cohesionar la idea de los tacvbos, de plasmar en un disco toda la mexicanidad musical y lírica, con ritmos que los identificaban y que tal vez no tenían que ver entre sí.
En este disco le dan la  bienvenida al quinto tacvbo, Alejandro Flores, un músico Multi instrumentista que le da vida a algunos violines, jaranas e instrumentos prehispánicos que están vertidos durante todo el viaje del disco, lo que enriquece a los sistemas digitales y que le da un tinte análogo, además de que el material fue producido de una manera muy arriesgada pero contundente por Gustavo Santaolalla, quien detecto de primer instante lo que se quería con este material que no tendría absolutamente nada definido.

Así es como el disco RE plasma a cada uno de los integrantes, a un Rubén Albarrán energético, a un Emanuel del Real con raíces punks, a un Joselo Rangel gustoso del son jarocho y a un Quique Rangel que mezcla el bossa nova con rock y esa magia de hacer letras con historias urbanas concurrentes de la ciudad de México.

Así el RE ve la luz después de varios meses de composición y grabación de 20 temas, que nada tienen que ver uno con el otro en donde los sonidos y los instrumentos son completamente distintos, pero que deja en claro la búsqueda que Café Tacvba quiere para su propuesta.

Una carga de lirica de contemporaneidad mezclada con la historia popular de la ciudad de México, en donde se engrandecen personajes icónicos de los años 20, pero que además son involucrados con ficción y con grandes rolas de amor como la que acaban de autocensurarse “La ingrata” que es una canción visceral que sale del meritito sentimiento de aquella que no supo quererte como tú la quisiste a ella.

Sorprendente es el viaje musical que te lleva a Ixtepec o El fin de la infancia que obligadamente nos recuerda a un México provinciano en donde la vida pasa, así, sin mayor prisa.

Sones que cumplen con la función de poner de buenas a cualquiera que no la esté pasando bien, como “Las Flores”, en donde Emanuel del Real nos regala una letra muy optimista de lo que es la visión de las cosas, el amor, el estar contento, con la siempre contagiosa voz de “Cosme”, ese personaje de cabello rojo con cuernitos, que no dejaba de brincar en el escenario y que hacía a toda costa que te pusieras a bailar, asi como lo predica en “El baile y el salón” y que increíble forma de plasmar la canción en un vídeo, haciendo un agradecimiento a todos los que han sido sus fans, las diferentes formas de gozar su música con baile.

Otra de las curiosidades de RE es que todos cantan, todos tocan, todos componen, una banda que es un crisol de talentos, en donde no sobresalen falsos liderazgos y que eso es lo que le da tanta variedad al disco, en RE escuchas muchas ideas plasmadas por artistas que relucen con instrumentos acústicos, eléctricos, sampleados, naturales, hasta inventados, pero que hacen que cada una de las 20 piezas sean un viaje, como no representar a los Satelucos en “El borrego”, - “Me gusta la maldita, me gusta la lupita, pero escucho a magneto cuando esta mi noviecita”, no hay mejor referencia de aquella juventud noventera en Ciudad Satélite, cuando viajabas en la Zona Azul con el cutlass prestado de tu papa poniendo el soundtrack de acuerdo a lo que querías demostrar, así como de ese modo “La pinta” te daba para ir a remar y después un ciclo de amor adolescente antes de tomar el micro a Valle dorado que era el que te dejaba sobre peri, pasando las torres.

Un disco que además de vender más de medio millón de copias, ha sido un referente para esta nueva ola de rock mexicano, en donde todo se vale, en donde la etiqueta se quita simplemente, donde se puede escuchar un danzón y un solo de guitarra demasiado punk en un mismo disco.

Un material que al ponerlo suena vigente y hace que su importancia sea cada vez mayor, pues es una pieza contextual, al grado de poner a analizar a sus compositores, si alguna de las canciones es hoy una irrupción a la tolerancia que hemos logrado y que estamos viviendo, que la onomatopeya “pa pa ra pa pa oue o eo” nos remonta a un lugar en aquella plancha del Zócalo, en donde a lo lejos ves a “Rubén y los tiesos”, que acaban de regresar de España o de Japón o de cualquier parte que en el mapa no pudieras reconocer.

A 25 años de ese disco rojo, en donde Rubén, Meme, Joselo y Quique entregaron su material para la historia, nos regalan esa pieza que al ponerla, ya no importa cómo, si en la computadora, el teléfono, un reproductor de CD o en cassette o incluso en LP, nos remontara a un momento en esos años 90 en donde el futuro era mejor, en donde reinaba el baile como muestra de tolerancia y en donde nuestro corazón agradeció este 22 de Julio de 1994 la salida de uno de nuestros mejores momentos.

Feliz cumpleaños 25 RE.

viernes, 19 de julio de 2019

Muere Richard, pero Mara sigue



A finales de los años 70, a los 20 años Ricardo García Cano junto con sus amigos de la colonia Toshiro y Abulón, estaban armando una de esas ideas que se convertirían en un parte aguas para la historia, un grupo de rock mexicano que combino la música, con la estética, el histrionismo y que sentó un precedente de las presentaciones de las bandas en el rock.

Ricardo García se fue convirtiendo en Richard Mara y en los años 80 los colores, los mayones, los solos de guitarra y las letras contundentes hicieron que la gente volteara a ver a Mara, con la vanguardia como una constante, con atrevimiento, pues aún era bastante arriesgado en México presentar un rock tan glam como se estaba viviendo en Los Ángeles en los pequeños bares de rock, Mara ya estaba en esa misma sintonía.

Cuando entra al grupo Charlie Monttana hubo un clic inmediato, casi químico, el escenario se llenaba por completo con Toshiro y Richard de lado de un carismático front man, las composiciones se hicieron más arriesgadas y salían mucho mejor, más fluido y sobre todo lograban discos que bajo la producción musical de Richard lograban proyectar exactamente lo que pretendían desde que estaban en las libretas haciendo rolas para que quedaran en la memoria de los seguidores del rock mexicano que nacía.

El sonido que tenía Mara era algo que ninguna otra banda tenía, Javier Batíz era el maestro del soul, Three Souls in my mind era el blues el shuffle, pero Mara era el desmadre, era la fuerza de vivir el rockstarismo a todo lo que daba, así tal cual como los grandes del rock internacional, tocando en todos lados, desde Neza al Pedregal, de Coyoacán a Coatepec, así era la vida de Mara, tan intensos que también los pleitos eran fuertes, a mentadas de madre libres y directas, al grado de hacer que Monttana los mandara a volar y fue cuando Aldo de la O llega a la escena, con el peso que dejaba Charlie al frente de la banda, pero al final cumple con lo que se le pide, un gran vocalista, con muy buen registro vocal, inclusive mejor que el de Monttana, un nuevo mara comienza.

Pero no por ello la intensidad iba a parar, había días en que Toshiro salía de los ensayos mentando madres y desapareciendo en bares de la ciudad de México para reaparecer dos semanas después, los excesos también estuvieron muy presentes en la banda, la carretera, los hoteles, las chicas, así como hablaban las canciones era como se vivían los días de rock.

Fue así cuando de pronto un día ya no siguió, Richard fue uno de los que más la sufrió, de algún modo Toshiro necesitaba desintoxicarse, Abulón ya estaba cansado y Aldo sencillamente se sentía en aquel momento solo el vocalista, a veces en ingratitud de los demás de la banda, pero Richard sufrió estos 10 años de descanso.

De pronto él vive latino los busca para una reunión, alguien recordó a la banda, la exigencia, que se reunieran con Charlie Monttana, para Richard fue una gran oportunidad y fue el primero en aceptar, fue una pieza fundamental entre Abulón y Toshiro para que se consumara este regreso, Monttana y Ricardo hicieron una relación muy sólida, por la misma forma de pensar, porque estaban en un mismo canal, así fue este reencuentro, un pretexto para seguir dando tumbos en el rock mexicano.
Como era de esperarse Monttana dio una serie de shows con ellos y siguió con su exitosa carrera como solista, Toshiro opto por llamar a uno de sus discípulos Roberto Wong, pero una vez más entra en la historia Ricardo, haciendo puntual que Aldo de la O era el vocalista de Mara y fue así como se le busco y se le dio por fin su lugar, el vocalista de Mara.

Desde ahí hubo más de Mara, un par de discos, cientos de tocadas, pero pues ya la energía no era la misma y no porque no hubiera química o por que no hubiera ganas, sencillamente los años habían pasado y poco a poco fueron mermando.

Después de una cirugía de corazón, Richard decidió no frenar, siguió en el bajo de la banda, con todo y las dolencias, con todo y ese malestar así estuvo.

Para Richard siempre fue seguir por el rock y morir en la raya, así fue.

Mara sigue después de la partida de Ricardo García Cano, porque esa es su voluntad, que no se frene el legado, que el rock siga sonando y que el mayor legado que dejo en la vida un músico que dejo en claro que vivió por y para el rock mexicano.

Siempre recordaremos ese cuarteto, esos sujetos que se atrevieron a cantar verdadero rock mexicano, que le dieron una sazón especial que sin ellos quien sabe que sería del movimiento actual.
Descansa en paz Richard, pero no así Mara.