martes, 30 de mayo de 2017

Donde esta el rock este 2017

Por Max Forzan

Son las 3:00 am en Los Ángeles California y mientras escribo este editorial en el reproductor de mi cuarto Alex Lora deja la vida en un concierto grabado en vivo desde el Auditorio Nacional.
Su voz rasposa y sus letras reales me hacen darme cuenta del poder e inspiración que ha dejado huella en mí y en tantas mentes y almas por más de treinta años!

Aún recuerdo mi encuentro con el rock mexicano, al final de los años ochentas y principios de los  noventas, cabe mencionar para el lector que las fechas son basadas en mi encuentro con el rock no con las fechas de lanzamiento de los álbumes que mencionaré. Para mi encuentro con el Rock mexicano era un culto, una aventura, era conocer al tipo abusado de tianguis que podía darte cassettes piratas y mal copiados me hacía sentirme único en mi adolescencia.

Como yo miles de jóvenes estábamos estupidizados  por el poder de grandes bandas extranjeras que debo aclarar no eras malas, más bien eran excelentes, pero su sonido era limpio y bien producido de alta calidad sonora a comparación de nuestro rock mexicano, nuestro rock urbano; como comparar en la mente de un niño de 10 años que apenas empezaba a entrar a la pubertad y su percepción de Gun's and Roses con bandas como La Lupita o las víctimas del Doctor cerebro.

Y fue ahí en la cima de mi transformación de niño a hombre que mi primo a los 19 años, he el adulto para mi época me presento al maestro Alex Lora y su tema Triste canción de amor.

Mi mente se expandió , empecé a crear un gusto propio , de ahí vino la gran C.C. Botellita de Jerez con su humor tan propio, tan mexicano.

Decidido a profundizar en esta hipnosis, viajé al Chopo por primera vez; y me di cuenta de la energía y matices que generaba la escena de Rock en México desde el gran concierto de Avándaro hasta mi descubrimiento de esta vertiente musical.

Mi camino por el Rock ha sido poco ortodoxo.

Desde mi descubrimiento de maestro "El Haragán y Cia pasando por dónde jugarán la niñas de Los ahora clásicos Molotov, hasta los rincones ocultos del metro Tacubaya y la incursión de músicos independientes en YouTube.

Siempre fui seguidor de la amistad y la energía de rock más que del talento mismo, siendo nacido en Azcapotzalco y emigrado por mis padres a la cuidad conurbada de Satélite tuve la suerte de viajar entre el rock urbano del barrio de mi pueblo, Azcapo y al mismo tiempo poder adornar mis oídos con mis vecinos de La Lupita y el raro y único Héctor mi gran ajonjolí de todos los moles El maestro de la guitarra Lino Nava.

Así como Rubén yo viajaba de la urbe fresa de Satélite al barrio de la Reynosa, yo para jugar basquetbol y el para encontrarse con lo que se llamaría café Tacuba en la Universidad autónoma mexicana (UAM) en El Barrio de Azcapotzalco en la colonia Reynosa.

El rock ha marcado mi vida en varios niveles y experiencias, desde madrugadas inolvidables escuchando a los geniales Tex-Tex mientras hacía tareas hasta brincar y matear con los tonos estridentes de Lira and Roll en las fiestas del viejo bajista de la Caverna Augusto Cabrera.
Cada rola cada nota cada letra ha ido dejando huella en mí y en miles y miles de mexicanos.
Hoy el Rock mexicano, trae un nuevo aire, con bandas nuevas y llenas de esperanza en un mundo digital al alcance de todos.

No sé si el Rock sea mejor ahora o fuera mejor en el antaño, tal vez solo sea el rencor de no tener la juventud de oídos para sentir el rock de antes como lo percibo ahora.

Pero si extraño el sonido de antaño, ese que escuchamos mi primo y yo en su walkman con audífonos rotos para que cada quien pudiera escuchar al mismo tiempo.

En este viaje por la música en mi percepción daré ejemplos de cómo la vida, la sociedad y el Rock mexicano e internacional interactúan y ha sido un parte aguas en las vertientes socio políticas de nuestro México querido.

Los invito a seguirme leyendo porque este rockanrolero de satélite y Azcapo semana a semana le dará unas cuantas palabras que si no educan entretienen.

Hoy a mis 40 años he visto nacer bandas que se olvidan, unas que se vuelven leyendas y otras que nos llenaron de ilusiones pero la vida nos arrancó su talento de esta tierra para mandar a nuestros músicos a la tierra de los dioses.

Sin embargo hoy no encuentro leyendas, bandas como Zoé y los amigos invisibles han matado la esperanza del rock para nuestra gente, pero aún siento el movimiento, el calor de los guitarrazos de leyendas que se están cocinando en un cuartito en la Narvarte o en un garage en Echegaray.
Ese aroma a ser libre, rocanrolero y revolucionario. Y espero ver nacer a un nuevo Lora, a un nuevo Lalo Tex a un más joven y contestatario Rod Levario pero mientras eso pasa les dejo esto para que lo piensen mientras escuchan a los Garrobos en Riff 111
Y usando la inspiración y palabras de mi célebre, Rockstar y gran amigo Luis Álvarez del  Haragán y Cia me despido diciendo

El rock Mexicano "No está muerto simplemente está durmiendo."




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