El rock en el mundo comienza
cuando Bill Haley comienza a utilizar un modo distorsionado de una secuencia en
la guitarra a la que le denominan “Riff” con una canción escrita por Max
Freedman y James Myers en 1952, aunque la versión más conocida es la de Haley
que se publica el 14 de Abril de 1954.
En 1956 la actriz Gloria Ríos,
graba una versión en español de este tema, al que se le conoce como “El
relojito”, que tropicalizaba la música de Haley con orquesta y guitarra,
logrando un sonido único para su tiempo, este hecho se considera como el
nacimiento del rock mexicano. Durante este mismo año, la canción hizo que
varias orquestas comenzaran a emular música de los Estados Unidos adaptándola a
un sonido propio en Español y los primeros grupos que se dieron a conocer eran
Los Black Jeans, Los camisas negras, Pepe y sus locos quienes después se
conocieron como Locos del Ritmo y los teen tops quienes tenían como vocalista a
Enrique Guzmán.
La primera grabación de rock
mexicano fue del grupo Black Jeans, en donde cantaba Cesar Costa, en un formato
que se conocía como single, en donde venía una sola canción por lado del disco,
esto en 1960, unos meses más tarde, Los rebeldes del rock en donde Jonhy
Laboriel era la voz principal, grabaron un disco completo al que titularon “Los
Rebeldes del rock” siendo considerado el primer disco del rock nacional editado
en Abril de 1960.
A la radio entro a programación
el tema “Hiedra venenosa”, abriendo los medios a la juventud que buscaba nueva
música, en la que la temática era universitaria aspiracional al estilo de vida
norteamericana.
A su vez ese mismo año los
sencillos “el rock de la cárcel” un cover de una canción en ingles que
interpretan Los Teen Tops y “Yo no soy un rebelde” de Los locos del ritmo, esta
canción considerada el primer sencillo de rock mexicano original, pues la letra
y la música era de Rafael Acosta y de Chucho González.
A partir de este año los medios
en la ciudad de México, se volcaron por este ritmo, lo que hizo que proliferará
el gusto por el género y por hacer grupos, cuestión que estaba complicada, pues
los instrumentos musicales eran caros y difíciles de obtener, además de que
muchos de los músicos eran estudiantes de alguna otra carrera universitaria que
tocaban de manera autodidacta.
A finales del año 1960 en el
catálogo de las casas que vendían discos ya tenían más de 40 títulos de rock
mexicano, que venían de otras ciudades como Tijuana, Sonora, Guadalajara,
Reynosa entre otras.
Los cantantes comenzaron a tener
auge entre la juventud y es por ello que las compañías discográficas comienzan
a apostar por los solistas y contratan a personajes como Alberto Vázquez, Cesar
Costa, Enrique Guzmán, Angélica María, Johnny Laboriel entre otros, lo que dio
un vuelco al rock durante los años de 1965 a 1969.
Esta separación de cantantes
comenzó con las primeras disputas ideológicas, no nada más entre los grupos, si
no con el público, quienes tomaban en cuenta a los solistas como traidores o
como estrellas, dependiendo de la perspectiva de cada uno.
Las bandas siguieron haciendo
discos sin sus cantantes y el movimiento siguió creciendo, si había apoyo de
los medios, se filmaban películas pensadas en los jóvenes, había mucha
presencia en la televisión y había una plataforma que hacía que los músicos
cada vez fueran mejores, las bandas tenían más influencias mucho más diversas y
este fue el caso Javier Batíz, quien tenía influencia de rythm and blues, un
sonido más afroantillano que combinado con “riffs” de rock y el alma latina,
daban un sonido muy peculiar, que al final hiciera mundial el alumno de Batíz,
el músico mexicano conocido mundialmente Carlos Santana.
El movimiento estudiantil de 1968
es un parte aguas per se de la historia de México y el rock marca aquí s clara
tendencia, al darle una identidad a la propuesta mexicana a partir del
resultado de aquella noche del 2 de Octubre, en la Plaza de Tlatelolco, en
donde el ejército acribillo a jóvenes reprimiendo así cualquier manifestación,
aunque fuera cultural, que estuviera dirigida por jóvenes, lo que marco la
línea ideológica y la idiosincrasia de un movimiento musical y cultural.
Los medios siguieron difundiendo
rock con mayor mesura, pues después de este hecho, muchas bandas comenzaron un
movimiento más apegado al movimiento “Hippie”, al que José Agustín denominara
como “Jipiteca”, un sincretismo de ideologías de varios artistas anglosajones,
que llevaban la música a ser interpretada en Ingles, esto para contrarrestar o
esconder un poco la protesta que llevaba la construcción de esta música, a este
movimiento se le conoce como “Onda chicana” en donde bandas como Tinta Blanca,
Dug Dugs, La revolución de Emiliano Zapata, Javier Batíz entre otros mezclaban
música con una serie de pensamiento crítico y que hacia tomar interés al
público que seguía cada vez más fuerte.
Javier Batíz comenzó también a
dirigirse al público de una forma más “agresiva”, lo que de pronto hacia el
movimiento más contestatario que la primer generación que era más complaciente
con el sistema político represor mexicano.
En 1968 gracias a esta influencia
de Javier Batíz, nace una banda en la colonia del Valle, una zona de clase
media de la Ciudad de México, en donde 3 chicos que tocaban en una estudiantina
en un colegio católico, deciden llevar al extremo esta forma de Javier Batíz,
en cuanto a la dinámica de provocación al público, así nace Three Souls in my
mind, integrada por Charlie Hauptvogel, Ernesto de León y Alejandro Lora,
quienes por su juventud y su arriesgue llamaban la atención de los jóvenes, en
principio por su forma de hacer sus shows,
el grupo era conocido por ser mal hablados, había frases como “vamos a
ver al flaquito rockero decir groserías” que hacían referencia a los Three
Souls in my mind, quienes de la misma forma cantaban canciones originales en
Ingles.
En 1971 en una iniciativa de
jóvenes productores de televisión mexicana entre los que se encontraban Justino
Compean, Eduardo y Alfonso López Negrete, Luis de Llano quien grabaría el
evento y lo transmitiría a Telesistema mexicano, comienzan a organizar una
noche mexicana, en donde proponían un concierto y una carrera de autos,
buscaron a muchos empresarios, funcionarios y gobernadores que no se
arriesgaban a hacer un evento así y menos, después de la represión que se
dieran en ese mismo año en lo que se conoció como “El Halconazo”, por ende eras
difícil enfrentar a la consigna del presidente Gustavo Díaz Ordaz de reprimir
toda agrupación juvenil y que además incluyera a la música de la onda chicana.
Carlos Hank González quien se
desempeñaba como gobernador del Estado de México, fue quien les concedió el
permiso en la zona de Avándaro, en donde se implementaría una pista de carreras
para los coches y un pequeño escenario para los grupos de rock.
El evento al final se denominó
“Festival de rock y ruedas de Avándaro”, se llevaría a cabo el 11 y 12 de
septiembre de 1971, el cual se difundió en los medios y en las escuelas.
En medio de la ola Hippie del
mundo, la noche del 10 de Septiembre, los chicos de la producción fueron a
dormir, después de haber trabajado en la pista, el escenario y cuestiones
logísticas del evento, las cuales aún no estaban dominadas, pues los eventos
masivos en el país no existían, por lo que estos jóvenes intuyeron lo que se
requería para un Festival como este. Precisamente un año antes en los Estados
Unidos, se había realizado en la zona de Woodstock, un festival musical
enteramente hippie, un evento del que la juventud sabia, por las revistas y la
información que llegaba en aquel momento relativa al quehacer de las bandas de
rock, el gobierno mexicano reclamo al gobernador Hank González por haber
permitido llevar a cabo un evento así, por lo que puso en alerta a militares y
fuerza pública para estar pendientes del desarrollo del evento, alrededor de
las 5 de la mañana del 11 de Septiembre, Armando Molina, quien fungía como
responsable de las bandas invitadas, fue despertado de su remolque por su
padre, quien le decía con sorpresa que tomara acción, porque durante la noche
había llegado mucha más gente de la que pensaban, cual fue la sorpresa de
Molina, que al asomarse por el escenario, se podía calcular una afluencia mayor
a los 50 mil jóvenes, armando sus casas de campaña, con banderas y el símbolo
de amor y paz, ahora si como decía el escritor José Agustín, se podía hablar de
una cultura Jipiteca.
Conforme iba amaneciendo la gente
no dejaba de llegar a la población de Avándaro, a medio día, se decidió
cancelar la carrera de autos y se dispuso a presentar a los grupos, en donde El
Ritual, La revolución de Emiliano Zapata, Tinta Blanca, Love Army, El epilogo
entre otros comenzaron a amenizar el momento, que se convirtió en una reunión
histórica, que hasta el momento no se ha superado en ningún otro festival, con
la asistencia estimada de más de 300 mil jóvenes unidos por la música.
El gobierno vigilo de cerca cada
momento de la tertulia, cada que pasaba un helicóptero, la gente gritaba
improperios y hacia señas obscenas, en señal de inconformidad, por la actitud
represiva y autoritaria del gobierno, pero con un comportamiento ejemplar y
solidario, en donde a pesar de la organización tan escueta, hubo saldo blanco,
no hubo problemas de violencia y se convivió de una forma tan civilizada, jamás
antes vista.
Para Three Souls in my mind, fue
su momento, pues subieron al escenario un par de veces, para “rellenar”
espacios, pero fue aprovechado por la banda para llevar su música a un nivel
masivo, en donde Alejandro Lora aprovecho y afino su peculiar forma de
provocación, ante un público jamás antes reunido, lo que despunto su carrera a
pesar de la consecuencia del festival.
Javier Batiz fue uno de los
grandes ausentes de este festival.
La historia se marcó para este
momento, cuando la estación de la Universidad, Radio UNAM, siendo uno de los
medios que cubría el evento, transmitiendo en vivo, lógicamente monitoreado por
el gobierno federal, daba pie a la siguiente banda, Peace and Love, quien es
considerado como el momento ambivalente de la contracultura popular mexicana,
pues por un lado representa ese momento de unión entre la música, los jóvenes y
la conciencia social y política de un país autoritario y reprimido y por otro
representa el oscurantismo y la estigmatización del movimiento de rock.
La última canción de la banda
estaba siendo anunciada por el vocalista Felipe Maldonado, de origen tijuanense
y que seguía al aire por medio de la radio, pues hasta ese momento no había
ningún motivo por que cancelar la transmisión, con el gobierno de Luis
Echeverría bastante atento a lo que pasaba en el Festival.
La historia cambio en una canción
que se interpretó en 10 minutos, antes casi medio millón de personas reunidas,
al calor del rock y del disfrute, una de las primeras canciones que la banda
Peace and Love interpretara, en Ingles, era una referencia a una consigna
anglosajona que decía “We got the power” ( tenemos el poder ), lo que al aire
en la transmisión de radio que hacia Radio UNAM, por primera vez Felipe
Maldonado implementa para que la gente cante, el hacer el coro en español, “Tenemos
el poder”, por lo que comenzó a sobre volar un helicóptero militar sobre la
zona de Avándaro, intimidando a todos los asistentes que respondían con gritos
más fuertes del coro y con improperios y groserías, a lo que la banda seguía
incitando al coro de medio millón de jóvenes a cantar cada vez más fuerte y fue
cuando a Felipe con la excitación del momento se le salió la frase “Que chingue
a su madre al que no cante”, a lo que la reacción inmediata fue la suspensión
de la transmisión radial y lo que provocaría todo lo contrario a lo que el
mismo músico promulgaría al final de su presentación en donde textualmente
decía “Este festival ha sido un ejemplo de la fuerza y la organización de
nuestros jóvenes, es por ello que no será el único, estoy seguro de que habrá
otros…”
Otro hecho mediático que fue uno
de los grandes pretextos del gobierno para hacer un movimiento de desaparición
del rock, fue el de la “Encuerada de Avándaro”, una chica, de aproximadamente
17 años que estaba bailando con la música, sin molestar a nadie, enfocada en
ella y su libertad, se sintió en confianza de quitarse la blusa, pues una parte
importante de la ideología hippie, era precisamente la de la libertad sexual, a
lo que sin escrúpulos se censuró hasta el cansancio, se publicó en los
periódicos que era un exceso de libertinaje y que el estado mexicano no podía
tolerar este tipo de actos.
En el momento de terminar el
festival, el rock fue perseguido, en la ciudad de México, el regente Ernesto
Uruchurtu, a quien la prensa daba el mote de “El regente de hierro”, fue el
encargado de hacer operativos por toda la ciudad buscando rock, en cafeterías,
en centros nocturnos, en fiestas privadas, en donde fuera la policía bajo el
argumento del código del Distrito Federal, quedaban prohibidas las reuniones
“Multitudinarias” de jóvenes, dando por entendido que la reunión de más de 3
jóvenes ya era considerada “multitud”.
Javier Batiz, comenta en
entrevista, que literal se les quito toda fuente de trabajo a quienes creían
que el rock comenzaría a desarrollarse como industria y a quienes tenían la
esperanza de comenzar a igualar movimientos como los había en Inglaterra o en
Estados Unidos.
“En 1973 yo me retire del rock,
porque de principio para llegar al concierto que daría con la banda con la que
tocaba, aborde un taxi sobre la avenida Revolución en la ciudad de México, el
conductor al verme con mis aretes, mi cabello y mi chamarra, pregunto que si yo
era rockero, a lo que conteste afirmativamente, así sin más, me saco a golpes y
empujones de su taxi, un datsun, de esos cuadrados y así en plena avenida me
golpeo, solo por el hecho de ser rockero. Más tarde, esa misma noche, cerca de
la zona rosa, donde tocaríamos, llego una “racia” que eran operativos de la
policía, en donde sin avisar, llegaban y detenían a todos los que estuvieran
ahí, además de que de nuevo me golpearon, se robaron mi guitarra, ahí fue
cuando dije, ya, hasta aquí llego el rock para mí.” Sergio Arau en una
entrevista realizada en 2009 para el periodista de rock Rafa Martínez de www.riff111.com.